24 agosto 2008

Primer día Budapest

Ya estamos en Budapest. Mientras mis compañeros siguen durmiendo, trato de resumir que tal nos ha ido, apenas he dormido 4 horas, pero si escribo la cronica ahora no creo que pueda hacerla durante el día porque no hemos parado desde que hemos llegado.
Lo primero decir es que si venís a esta ciudad en avión coged el bus 200 desde el aeropuerto que te lleva a la primera parada del metro linea 3; y éste a su vez directo al centro. Nosotros hemos comprado un abono por tres días por unos 14 euros a cambio; nos permite usar metro, buses y tranvias ilimitadamente. El transporte público es muy viejo, sobre todo el metro que hace tanto ruido que ni siquiera puedas hablar con tu compañero de asiento sin gritar.
El tiempo es estupendo para pasear en mangas y pantalón corto, aunque anoche nos calló una tormenta de verano en unos minutos, gracias a la cual nos refugiamos en un restaurante donde comí, por primera vez en mi vida, unos spagettis con mariscos que voy a tratar de repetir en Sevilla. El almuerzo también estuvo genial, cuando llegamos con las maletas al centro y antes de ir al hotel quisimos comer algo rápido pensando, tal vez, en un macdonals, pero en cuanto pasamos los precios en florines de las cartas a euros, nos dimos cuenta que no era tan caros los retaurantes; probamos el menú: una sopa de goulas con trocitos de carne y verduras que no sabíamos si era lo caliente que estaba o el pimentón lo que nos quemaba la boca, pollo con verduras y un par de ensaldas. En general la gente nos atiende muy bien en inglés y salvo las recepionistas del hostal que parecen estudiantes en prácticas sin la menor empatía, el resto son educados y atentos. El hostal se llama Marco Polo y es muy barato, unos 25 euros noche, pero la tercera cama de nuestra habitación realmente es us sofá abierto, en las guías viene descrito para mochileros; realmente se puede ir andando a cuaquier sitio y anoche no tardamos mucho en regresar desde la disco, unas cinco manzanas, hasta aquí. La ciudad está llena de edificios monumentales bastante bien conservados, aunque a medida que se aleja uno del centro, comprueba que se vuelven grises, sucios y abandonados. Mis compañeros ya se han despertado y por la buardilla entra el sol a saco. Anoche eran los rayos de de la luna, quise verla, pero sin lentillas apenas pude distinguirla. Hoy iremos al castillo por la mañana y por la tarde a Geller que es una especie de parque en una colina donde hay un balneario muy elegante donde trataremos de probar sus aguas.

1 comments:

Anónimo dijo...

Me encanta seguir las aventuras de viajeros. Nono, queremos más!! :) :)

Un beso! Pasadlo bien!