El domingo día 11 de septiembre participé en mi primera actividad de plogging en Sevilla, creo que en alguna ocasión oí hablar de eso de correr y a la vez recoger basura, pero no sabía que podía ser tan divertido y participativo.
Había tres categorías, una para familias para hacer recogida por los alrededores sin carrera, otra categoría para hacer pocos kilómetros, unos 5 y luego estaba la categoría profesional para hacer casi 10 kilómetros, en ésta participamos.
Comenzamos todos con ejercicios de calentamiento y luego nos dividimos en grupos guiados con monitores para hace el recorrido a lo largo del paseo del río.
Hicimos unas tres paradas y llenamos bastantes bolsas que dejábamos en el camino para luego, de regreso, recogerlas y llevarlas a la meta donde nos recibieron con aplausos. También, a lo largo de la actividad, otros paseantes al darse cuenta de lo que hacíamos también nos animaban y daban las gracias.
Aprovechando que paso una temporada en la playa os voy a enseñar como hacer contenedores de basura y dejar la orilla mejor de lo que la habíais encontrado.
Recuerdo que cuando joven oía un programa de radio en el que el locutor, Ramón Trence siempre se despedía diciendo la misma frase: "Buscad la belleza porque es lo único que merece la pene en este asqueroso mundo".
Siempre me impactó oirla, pero los años me han hecho parafrasearla y convertirla en "Cread belleza, y dejad este mundo mejor del que os lo habéis encontrado".
Ya el año pasado me pasé muchas tardes limpiando la orilla allí donde llegaba yo pero no el servicio de limpieza de Matalascañas, un par de meses más tarde vinieron los operarios, pero yo no podía espera. Este año, han sido más rápidos, he podido comprobar que las playas donde suelo ir están mucho más limpias, pero siempre quedan trozos pequeños de plásticos que con las prisas o semienterrados no se ven, y hasta que pasen otros dos meses no estoy dispuesto a dejar en la arena.
Como hacer un contenedor de basura con materiales reciclados.
Buscad una cántara abandonada o preguntad en algún restaurante, taller o centro agrícola, tienen a patadas a punto de tirar al camión de la basura. Por suerte, o por desgracia, en mi caso no ha sido difícil encontrar algunas de estas cantaras tiradas en la orilla del parque natural de Doñana, no en la Reserva, menos mal, allí la cuidan más.
Luego coger un cuchillo, y si es posible de sierra, no para untar la mantequilla que era el que llevaba yo en la mochila y cortar por la parte superior, a modo de cubo.
Después haced un agujero en las partes más estrechas de la cantara, así será más fácil llevar y al cogerla por las asas que pondré después no se cerrarán para poder meter la basura.
La verdad es que con el cuchillo de mantequilla me costó tuve que buscar alguna punta y encontré alguna oxidada en un tablón abandonado.
Y por último atas las cuerdas a los dos lados, lo suficientemente larga para cuando vuelques el contenedor para vaciarlo, pueda recogerse la cuerda por fuera y que no se atasque la basura en el asa cuando le des la vuelta boca a bajo.
Bueno, pues en menos de una hora hice mi contenedor de basura con los materiales que reciclé de la misma playa donde después me puse a recoger de todo, hasta una muñeca quemada como aparece en la foto víctima de una sesión de vudú.
Después de muchos meses, demasiados tal vez, me decido escribir. Motivos no me han faltado porque he pasado un verano estupendo con mi familia en la playa. He descansado mucho y he hecho nuevos amigos. Tal vez sea esa comodidad la que me haya hecho olvidar mi bitácora.
Pero volviendo a lo que siempre quise hacer de este blog, un lugar donde poner lo que veía, sentía o pensaba, se me ocurre esta mañana tres motivos para escribir.
El primero es relacionado con mi formación o aprendizaje de las cosas y mi situación como "Autónomo" o palabreja moderna llamada "Freelance".
Cuando éramos niños aprendíamos de los adultos, de los profesores en la escuela a leer o a saber como hacer las cosas y así continuó hasta que acabé en la universidad; luego en mis primeros trabajos siempre tenía otros compañeros o los propios jefes los que nos decían como seguir avanzando o manejar situaciones y labores en nuestros puestos de trabajo. Recuerdo que en una fábrica donde pasé bastantes años de mi vida, el primer día de trabajo pregunté, ingenuo al jefe, si disponían de algún manual o algo para saber como funcionaba aquella factoría, y casi se echó a reír diciendo que no, pero que con el tiempo y la ayuda de él y otros compañeros ya aprendería y así fue.
Ahora que trabajo solo, la autoformación es algo fundamental, no pasa día en el que tenga que enfrentarme a problema que resolver, buscar la soluciones o inventarlas "parcheando" lo mejor que puedo con mi creatividad y constancia; diariamente surgen novedades en todos los campos en los que trato de seguir adelante; el marketing, las redes sociales, el diseño web... pero también necesito tiempo para poder trabajar mis pequeñas "chapuzas", mis tareas de casa...
Así que ¿Cuando me paro a estudiar, a investigar, a trastear? Te das cuenta de que estás solo en el trabajo y en el aprendizaje. Alguno de vosotros podríais pensar que debería pedir ayuda a otros colegas o amigos, pero resulta que ellos también están agobiados por su tiempo y bastante hacen con seguir adelante como yo lo hago, o son tu propia competencia.
Parece que siempre seré lo que aspiro a ser: "un aprendiz que quiere ser artesano"
la actitud de competir surge de una huida psicológica, huida cuyas
raíces son el temor al fracaso, en sus diferentes variantes. Desde el
temor a no ganarse el sustento hasta el temor a no ser valorado, a "no
ser nadie", esto último es la peor de las semillas del sufrimiento,
porque todos somos alguien, y todos somos valiosos. Con la competición,
esos temores aumentan. Si se pierde, surge el temor al fracaso. Si se
gana, surge una falsa sensación de seguridad que conduce al orgullo..., y
que aumenta el temor al fracaso en un futuro inmediato o lejano.
La verdad es que yo, que en estos últimos años me he metido en situaciones "competitivas" como los juegos virtuales Ingress / Pokemon Go, o cuando salgo a correr con mi amigo Miguel y "competimos" en carreras oficiales, me doy cuenta de que hay algo que no va bien; Va en contra del algunas filosofías que admiro como el Budismo y el Epicureísmo que están totalmente en contra de la competencia. Tal vez va siendo hora de ir frenando; ya lo hice al principio de verano dejando de jugar a Ingress y fue un alivio, o saber que este año no tengo que entrenar horas y horas para poder correr la Maratón de Sevilla. ¡Qué pérdida mas tonta de tiempo! y además fuente de sufrimientos.
Tengo que volver a mis aficiones que siempre me produjeron felicidad, la lectura, la escritura, el cine, etc.
Tercer tema: El cine y la película Corazón Gigante.
Anoche, en vez de salir a dar una vuelta a jugar a Pokemon Go e ir a "conquistar" gimnasios, me quedé en casa viendo una película dramática islandesa, estuve hasta las dos de la madrugada y fue maravillosa. Tal vez sea sólo eso, ficción, y no exista en la realidad tan buenas personas como el protagonista, pero sí he visto a lo largo de mi vida a personas que se han comportado y han sufrido como él. No digo más, os dejo el trailer y mi recomendación. Que tengáis un buen día.
Desde que llegué en la cola como la que véis, me lo pasé genial con los amigos y el espectáculo. Acabé a las 5 de la mañana bailando y solo porque soy un tio responsable, decidí dormir un par de horas para estar medio bien en el trabajo. UN DIA FABULOSO!!!
Desde hace unas semanas veía un anuncio en vallas que tenían el titulo Donde quieres estar. Al principio creía que se trataba de un programa de tv que se promocionaba para ganar un concurso de un viaje o un lugar para vivir, pero hoy me entero que es la web de la agencia de viajes de El corte Inglés. El anuncio es efectivo porque nos llama la atención y da de lleno en una de las debilidades del hombre, el deseo de estar en otro sitio que no es el que estamos. Pienso que es una debilidad porque nos impide disfrutar del aquí y ahora; porque una de los secretos de la felicidad es ese. ¿Por que pensar en el futuro o ir a un sitio donde no estamos, cuando lo mejor sería disfrutar de lo que tenemos?
Hace unos días hablaba de un juego en red llamado travian, decía que miedo me daba porque era muy adictivo y mostraba mis reservas ya que se trataba de un juego de estrategia basado en guerras de aldeas, pues bien, paso del juego. Las razones son no solo que me hace perder mucho tiempo que podria dedicar a otras cosas, sino que además he tenido hasta obsesiones por la noche cuando trataba de dormir, a parte de eso me molesta menos el que me ataquen que que to tenga que hacerlo a otros para robar sus recursos, por eso quiero dejar de jugar. Desde hace muchos años tomé una decision parecida con todos esos tipos de juegos que se hacen en grupo cuya misión es divertirse a costa de humillar a alguien, al perdedor, me parece una representación de alguna de las bajezas del ser humano.
Ayer un conocido de un conocido en su fotolog recomendaba un juego de estrategia online, se llama Travian, le eché un vistazo para probarlo y resulta que me ha enganchado. Sigo cada vez que puedo las estadísticas de la posición de mi aldea, la producción de cereales y lo comparo con mis vecinos. El juego mas adictivo que recuerdo fué Civilizatión, pero, tras un fin de semana encerrado en casa, pegado a la pantalla, en el que tan solo me levantaba para comer y domir, decidí borrarlo por entero y no jugar mas. Han pasado 15 años desde entonces, y temo a estos juegos por eso mismo, porque me gustan mucho. No se si ahora tengo la suficiente madurez para poder controlar mis impulsos viciosos, pero lo que me pregunto hasta que punto este tipo de juegos es algo parecido a la vida, o por lo menos la gente que juega ¿Que aprendizaje se tiene con ellos? ¿Es solo diversión? Yo creo que no. Este tipo de juegos mete el aliciente de la competitividad entre los jugadores, las únicas colaboraciones que hay son alianzas para borrar a otros jugadores del mapa, ataques defensas... y segun leía en uno de los foros, cuanto mas ataques y mas terrenos le quites a otros, más te gusta y quieres aún mas. Todo esto me recuerda, y salvando las distancias, a la segunda Guerra Mundial que empezó Hitler. Menos mal que ganaron los aliados, o ¿Es que habia otra manera de que esta etapa de la historia acabara? Pienso en cuantas grandes guerras hubo y hasta que punto las libertades estuvieron en peligro; no es por despreciar las que ahora hay y sus amenazas, pero comparando los juegos de estrategia con la vida misma, a los primeros debería de puntuarse y favorecer a los buenos, los pacíficos que cultivan sus campos o trabajan en sus fábricas o ciudades y no a los hitlers en potencia que por avaricia quieren mas y mas. De momento, en mi juego virtual, convivo con unos vecinos muy pacíficamente en nuestras pequeñas aldeas; mas concretamente, tengo un jugador pegado a mi que se llama oskitar y ha dado el nombre de Aldea por la paz a su pueblo, le he mandado un mensaje ofreciéndole mis respetos, pero no me ha contestado, espero que no sea un señuelo, yo siempre he sido muy confiado.
El sábado pasado venía por del centro comercial plaza de armas y observé que cerca había un vehículo médico, también una chicas parecían que usaban unos steps para hacer una coreografía y decidí acercarme por curiosidad; de repente ví un enorme escenario con decenas de steps mas abajo en el suelo: Era un areobithon!! Nunca habia estado en en alguno aunque siempre había tenido muchas ganas de ir, pero de éste ni me habia enterado. Los inscritos se agolpaban para coger buen sitio, al poco oí que alguien decía que los que no estuvieran en la lista que esperaran al final y ... pero no, no, voy en vaqueros, y las zapatillas sports que llevaba no eran precísamente las suelas apropiadas para las losas se mármol. Auqunque.... que leches!! yo no me quedo con las ganas. Me acerqué a la mesa donde apuntaban los nombres y cuando la señora en cuestión me mira por encima de sus gafas de sol, pero que muy seria me pregunta: ¿pero vas a participar y quedarte hasta al final, no? y le dije -"sí, de verdad"-; siguió seria y anotó mi nombre agarré una camiseta de publicidad y me fuí al final del todo. Jejeje. Aún me alegro de tener la capacidad de hacer el ridículo; es una tonteria, pero me lo pasé muy bien, además, para una cosa de estas raras que hacer medio bien. Aún no están puestas las fotos, pero sé que los organizadores me hicieron alguna. Soy el de las gafas de sol, pantalón vaquero oscuro (que calor"!!!), no me las quité en ningún momento, digo las gafas.