Hace algunas semanas leía en el
20minutos que en Sevilla, en la librería La Casa del Libro se realizaban talleres literarios, lo comenté una
aquí, y entre ellos uno filosófico. Ayer viernes asistí a mi primer
taller filosófico. Llegué puntual a las 19.00 como me dijo Gabriel y supuse que el que allí esperaba (la única persona) era él, le estreché la mano y me contó que llevaban tres cursos (años) haciéndolo. Poco a poco iban llegando otros asistentes, un señor mayor jubilado que también se había enterado por la prensa de estos encuentros y algunos otros conocidos de Gabriel, nos sentamos y mientras esperábamos al resto se comentaba la tradición de estos encuentros y que en Sevilla, el primero fué el de El Ateneo había ido decayendo hasta practicamente no existir, me enteré de que existen otros no sólo de literatura en general como puede ser el de mi amigo Pepe de
la maquina china, sino también de poesía. Se comentó las próximas fechas y un evento curioso en la catedrál: El Requien de Mozart para el día 15, me he apuntado, tiene que ser una maravilla.
Cuando ya fuimos suficientes y la hora estaba ya muy avanzada, sin presentaciones (tenía mi discurso preparado: osea, quien soy yo, de donde vengo y a donde quiero ir), Gabriel propuso que para el próximo café filosófico nos leyeramos un libro, se sugerieron algunos como "El malestar de la cultura" de
Freud; "La conquista de la felicidad" de
Bertrand Russell; títulos que no había oido en mi vida como "Le euforia perpetua; el oráculo, ... algunos de filósofos muy conocidos, Séneca; sociólogos como Manuel Castell, etc. Hubo votación y será "Meditaciones" de
Marco aurelio y quien quiera también "El hombre en busca de sentido" de
Viktor Frankl. Es curioso, pero cuando llegué a casa pensé donde estarían éste libro y el de Russell, sé que los había leido y que posiblemente los tenía pero no sabía donde, eché un vistazo y sonreí al ver que estaban juntos pegados uno con el otro.
Cuando ya decidimos el libro a leer, Gabriel comentó que normalmente se empiezan los cafés con ideas y sobre ellas se discute, que cada uno dijéramos alguna; proponía la prisa y La cultura como nuevo papanatismo (esto de papanosequé es referido a que si es una moda o ser snob, todo el mundo quiere saber de culturura, artistas, visitar compulsivamente exposiciones, etc, etc). Una de las asistentes, Carmen (hay que decir que estábamos prácticamente en paridad), propuso el tema de la felicidad porque en el café anterior oyó de José Carlos decir que él era feliz. Carmen quería saber si eso de la felicidad se aprende o se nace; así que surgió el debate.
El aludido, José Carlos (gracias a él podré tener invitaciones para el Requiem en la catedral) pesaba que la felicidad tiene mas de innato que aprendido; otros como antonio decía que era una manera de ser, una actitud ante la vida, una predisposición. En estas cosas se planteaban mas preguntas que respuestas ¿Se puede ser feliz? Lian decía que consistía en no compararse con los demás, mirar mas a uno mismo. Gabriel trataba de llegar a ideas y resumía que de todo lo que se estaba diciendo unos pensábamos que la felicidad estaba en mirarse al interior y otros en el exterior, como José Carlos que planteaba que la felicidad estaba en darse a los demás.
En mi cabeza empezaban a saltar frases de libros que había leido como el de Sponville: La felicidad desesperadamente" o el libro de Seligman "
La autentica felicidad", pero prefería seguir escuchando, tenía muchas ganas de hablar. En este punto Gabriel propone una votación, los que estan a favor de que la felicidad se consigue desde el interior y los que piensan que esta en el exterior... y entonces hablé, dije: Tal vez, uno tenga que mirar al interior para comprender donde puede encontrar la felicidad y si ésta está en el exterior, pues entregarse a ella. Cuando dije ésto, Gabriel dijo al grupo, -acaba de entrar Hegel, y hay que pulir esta idea-, Me quedé a cuadros!! yo Hegel!!?? Pero lo único que de él sabía era el nombre de un filósofo!! Gabriel me hizo una pregunta: -¿Crees que la felicidad se puede obtener exclusivamente en el exterior, sin tener que recurrir al interior?- Entonces pensé en el ejemplo de la educación cristiana o la de las monjas, ellas no tuvieron que reflexionar interiormente en que consistia la felicidad, le dijeron que Dios dice que está en la entrega en los demás, y si ellas son felices así, pues asunto concluido. Contesté que NO, que no era necesario una reflexión interior.
Votamos y el resultado fué 8 votos a que la felicidad se obtiene con la instrospección y 6 en que se obtiene en el exterior.
Bueno... en este punto ya empecé a dejar de tomar notas porque cada uno empezó a defender su postura.
La mía, que no pude exponer porque no teníamos tiempo y había gente que no pudieron hablar en las dos horas que duró el encuentro, es que hay gente que puede obtener la felicidad en la entrega a los demás, de una manera exterior pero para mi eso es un accidente, es decir, para ser felices, antes hay que conocerse, ver que sentido le puede dar a la vida y si el sentido que encuentra es irse a áfrica de misionero, pues fantástico, ha encontrado la via exterior para ser feliz; pero, tal vez, descubra que esta en la creatividad, hacer objetos bellos, literatura, pintura, el arte en general; o quizás en montar una empresa, ganar dinero, quien sabe. Por eso creo que es preciso el paso uno: reflexión interior para el paso dos, realización exterior tal vez, o mas interior todavía si cree que la felicidad la puede obtener del conocimiento de la cosas, como por ejemplo la invetigación, la filosofía, etc.