Ayer veía la película boyhood; le precedía buenas criticas en El Mundo y El País, además el director es Richard Linklater, creador de la trilogía "Antes del amancer, atardecer, y nochezcer" películas que me engancharon desde que vi la primera hace 18 años; por si fuera poco, la novedad de la película es que se rueda durante 12 años con el mismo actor durante tres días cada año.
¿Y por que cuento todo esto? porque además de que me gustó tiene mucho que ver con el tiempo que vivimos estos días, Septiembre, la vuelta al curso, es como un nuevo enero, donde todo empieza, donde hay nuevos propósitos como mejorar la salud haciendo deporte o comiendo más sano, tener mejores relaciones sociales y personales con amigos y familia. Buscar un trabajo nuevo o mejorar en el que uno está, etc, etc. Para mí, si recuerdo cada año es precisamente por lo que hice durante el verano, los lugares a los que viajé o a las personas que conocí, en la película boyhood, hay muchas historias personales, cambios en relaciones familiares, de lugares donde uno vive... etc.
La vida está llena de cambios que es lo que hace a uno sentirse vivo y recordar todas esas etapas en las que vivimos, algunos las viven en el mismo trabajo e incluso con la misma pareja durante muchos años, dichosos seáis, otros no tenemos la misma suerte o no somos lo suficientemente inteligentes como para mantener el mismo ritmo o si cambiarlo dentro de una misma caracola. Justo como la que encontré el sábado mientras paseaba en la playa justo cuando se ponía el Sol.
Sosteniéndola en mi mano y observando cada capa, me pregunto que aventuras vivió en cada surco de su concha, como la de los árboles que representan los años que vivieron, me preguntaba si él o ella, el animalito que vivió durante mucho tiempo dentro de su casa también fue feliz y cuales serían las circunstancias en que abandonó su refugio, se tuvo que ir o le echaron.
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