Con el invento de las letras, el tiempo se hacía tierra y surco en el que caían las semillas de nuestras palabras y podían, así, fructificar con otros soles distintos de aquel bajo el que se sembraban. Tal vez por ello, se llamó "cultura" a esa siembra que alargaba el instante en lo porvenir, y descubría en el originario, efímero, "sueño de una sombra" la existencia del tiempo y de la historia...Habla también de la labor del periodista y que debemos de preocuparnos, ante tanta saturación de información, de saber que decimos o escribimos porque sobre todo ahora es cuando más domina la ignorancia.
Es uno de mis filósofos favoritos; sevillano de nacimiento, sería un buen candidato para los premios ISA que se convocarán por primera vez.
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