Caledarios
En estas fechas cambiamos los calendarios que en nuestra mesa de trabajo o en las paredes tenemos; ayer mi jefe traía en las manos uno muy moderno que un proveedor le había regalado, no emitió ningún juicio de valor, simplemente dijo: es diferente, pues había que ponerlo cejado o en diagonal, tiene dos versiones que podéis ver en la foto, el de sobremesa y el de pared, los dos hay que verlos como si de un rombo se tratara. A mi me pareció también bonito, me gustó que tuviera textos que a modo de pensamientos cada mes decía algo, predominaba en todos el color rojo rosa fuerte. Al poco tiempo vino otro compañero diciendo que no le gustaba nada el calendario, que los números no se veían, ni siquiera los días de la semana; se quejaba de que habría que adivinarlos y que precísamente el único mes que mejor se veía estos números era el mes en el que no estábamos: agosto. La verdad que ahora no es tan difícil saber el día que vivimos, cerca de mí tengo uno minimalista y no muy lejos, cerca de la copiadora otro clásico de toda la vida. Lo que quiero destacar aquí es la actitud de una persona y otra. Uno es positivo ante la novedad, ve la parte atractiva o que es diferente a lo conocido, y la otra persona ve los defectos y busca hasta los mínimos detalles para quejarse. Si ambos leen este post, digo por adelantado que no he puesto nombres, solo es un ejemplo, como siempre hago con las cosas sobre las que reflexiono. En estas fechas pasan muchos calendarios por nuestras manos, simplemente eligamos el que mas nos guste, sea practico o sea de diseño, por días o semestres. que mas dá, y cerca de tí pones el que mas te guste mirar.
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