, tanto si aspiramos al "éxito" en la vida, como si ya hemos alcanzado un determinado nivel de objetivos o tal vez, hemos fracasado... el Ego está presente.
En la primera parte, en la que habla de las aspiraciones habla de lo importante es tener los pies en el suelo y conocer cuales son los límites de nuestras necesidades, no confundirlos con los deseo. Lo importante quien queremos ser y qué camino vamos a tomar. También de lo importante es convertirse en estudiante, rodearse de maestros a los que seguir siendo un "lienzo" para que otros nos influyan siendo generosos con los demás en las ideas. Trabajar, practicar para mejorar.
En la segunda parte de libro explica qué sucede con el Ego cuando hemos alcanzado el éxito, lo difícil que es mantenerse en la condición de estudiantes y admitir que, a pesar de todo, no sabemos nada, el no inventarse cuentos sobre nuestra posición, no es el destino, es que además de haber trabajado, también cuenta el factor éxito, así que no hay que fanfarronear mucho porque uno puede llegar a perder el control, volverse paranoico y prepotente perdiendo los límites queriendo aún más de lo que ha conseguido. "Siempre habrá una montaña más alta que escalar" Hay que mantener la sobriedad y meditar sobre el papel que tiene en el mundo y universo.
La tercera parte está centrada en el Ego que se despierta en el fracaso, que en vez de usar ese tiempo Muerto para que sea un tiempo Vivo buscando alternativas u oportunidades que nos da la nueva situación, nos revolcamos en el enfado y en la rebeldía. Aconseja que ante los agravios respondamos con amor, que el verdadero puntuaje de nuestro trabajo es el que nosotros llevemos porque el esfuerzo debe ser suficiente. No tengas esperanza, haz lo que tengas que hacer, tu deber.
Como me ha gustado hacer mapas mentales, Éste me ha servido para hacer el resumen de arriba mientras lo repasaba. En él he añadido lo que describía en mi anterior entrada de "Como recordar lo leído" He añadido las referencias de como descubrí el libro, gracias a otras lecturas de los estoicos, también he añadido en qué situación se escribió el libro y su autor, y referencias a su página web, otros libros que ha escrito bibliografía un bocadillo con fondo morado en el que me pregunto ¿Qué diferencia hay entre el Ego y la Autoestima? O son dos formas distintas de llamar a la misma cosa, cuando se quiere pintar como algo malo se le llama Ego y si es algo bueno se le llama Autoestima? Tendré que seguir investigando.
Mientras leía el libro estuve viendo algunos vídeos de Ryan Holiday y éste me pareció muy interesante que explica 8 consejos para tener una vida
Y por último. Las notas que tomé del libro digitalmente.
El orador Demóstenes dijo una vez que la virtud empezaba con la comprensión y se completaba con el valor. Debemos comenzar por vernos a nosotros mismos, y al mundo, de una nueva forma. Luego, debemos luchar por ser diferentes y por mantenernos así.
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En lugar de eso he tratado de organizar estas páginas para que el lector termine en el mismo lugar en que terminé cuando acabé de escribirlo, es decir, pensando que es un poco menos genial de lo que cree.
Introducción
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Es ese chiquillo irritable que hay dentro de cada uno, aquel que elige hacer lo que quiere por encima de cualquier otra cosa. La necesidad de ser mejor que, más que, reconocido por, más allá de cualquier utilidad razonable. Ese es el ego.
Primera parte. aspiraciones
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Mientras que Isócrates y Shakespeare quieren que practiquemos el autocontrol y la automotivación, y que nos rijamos por los principios, la mayoría de nosotros hemos sido entrenados para hacer todo lo contrario. Nuestros valores culturales casi tratan de volvernos dependientes de la validación externa y nos invitan a dejarnos llevar por nuestras emociones. Los padres y maestros de nuestra generación se concentraron en construir la autoestima de todo el mundo. A partir de ahí, los tópicos de nuestros gurús y nuestras figuras públicas han buscado casi exclusivamente llenarnos de inspiración, darnos ánimo y asegurarnos que podemos hacer lo que sea que nos propongamos
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Aprenderemos que aunque pensemos en grande, debemos actuar y vivir modestamente con el fin de lograr lo que buscamos.
Hablar, hablar, hablar
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Escribir, como tantos otros actos creativos, es difícil. Sentarse ahí, con la mirada fija, irritado con uno mismo, irritado con lo que uno escribe porque no le parece lo suficientemente bueno y uno mismo no parece suficientemente bueno. De hecho, muchas tareas valiosas que empezamos son terriblemente difíciles, ya sea programar una nueva máquina o dominar un oficio. Pero hablar, hablar siempre es fácil.
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Convertirse en estudiante
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El poder de convertirse en estudiante no se limita a tener un período extendido de instrucción, también pone el ego y la ambición en las manos de alguien más. Se le impone al ego una especie de techo: uno sabe que no es mejor que el “maestro” del cual es aprendiz. Que no está ni siquiera cerca. Uno respeta al maestro y asume su posición inferior. No es posible engañar o fingir ante el maestro. La educación no es algo que se pueda improvisar, no hay atajos aparte de trabajar cada día. Y si uno no lo hace, el maestro lo echa.
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evaluar nuestros talentos con criterios que muestren una tendencia más bien negativa es una de las cosas más difíciles en la vida, pero casi siempre es un componente del dominio de un oficio. Pretender que sabemos es nuestro vicio más peligroso, porque nos impide mejorar.
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“Es imposible aprender lo que uno piensa que uno ya sabe”, dijo Epicteto. No es posible aprender si creemos que ya sabemos.
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El arte de saber recibir retroalimentación es una capacidad esencial en la vida, en particular si se trata de críticas duras. No solo necesitamos saber aceptar esas críticas,
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Muchos de los mejores maestros son gratuitos. Nos enseñan de forma voluntaria porque, como usted, alguna vez fueron jóvenes y tuvieron las mismas metas. Muchos ni siquiera se dan cuenta de que están enseñando,
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No ser apasionado
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nuestra pasión puede ser precisamente lo que nos impide alcanzar nuestro pleno poder o nuestra influencia o nuestros objetivos.
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entusiasmo desbocado, la disposición a precipitarse sobre lo que tenemos enfrente con todas nuestras fuerzas, la “carga de energía” que nuestros maestros y gurús consideran como el activo más importante de la vida.
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“fanático” es solo una palabra más suave para decir “loco”.
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mantener el control, hacer el trabajo y nunca convertirse en un “esclavo de la pasión”.
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La pasión, por lo general, oculta una debilidad. La ansiedad, impetuosidad y frenesí son malos sustitutos de la disciplina, el dominio, la fuerza, el propósito y la perseverancia.
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Las personas necesitamos propósito y realismo para ascender. El propósito, se podría decir, es como la pasión pero con límites. El realismo es tener distancia y perspectiva.
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“Las grandes pasiones son enfermedades sin esperanza”, dijo una vez Goethe.
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La pasión es poner la forma por encima de la función.
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Seguir la estrategia del lienzo
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La grandeza tiene orígenes humildes, viene del trabajo poco calificado. Significa que usted es la persona menos importante del salón, hasta que usted mismo cambia esa situación a punta de resultados.
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En otras palabras, descubra oportunidades para promover la creatividad de los demás, encuentre medios y colaboradores, y elimine las distracciones que impiden su progreso y su capacidad de concentrarse. Esta es una estrategia de poder muy gratificante y enormemente expansible. Piense en cada persona como en una inversión para sus relaciones y su propio desarrollo.´
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Trabajar, trabajar, trabajar.
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La distinción entre un profesional y un aficionado radica justo ahí. Se da cuando uno acepta que tener una idea no es suficiente, que todavía debe trabajar hasta que sea capaz de recrear efectivamente la experiencia,
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Se trata de que llegar a donde queremos llegar no es un asunto de ser brillantes sino de hacer un esfuerzo continuo.
Para lo que sea que siga, el ego es el enemigo...
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Desde luego, lo verdaderamente ambicioso es enfrentar la vida y seguir adelante con seguridad, a pesar de eso, sin apoyarse en nada. Dejemos que los demás busquen muletas.
Mantener siempre la condición de estudiante
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“La humildad engendra aprendizaje porque contrarresta la arrogancia que te enceguece.
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la gente humilde mejora, porque siempre observa y escucha con atención. No supone que sabe cómo hacer las cosas...”.
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La solución es tan directa como incómoda al comienzo: tome un libro sobre un tópico del que usted no sepa casi nada. Trate de estar en espacios donde sea el que menos sabe. Esa sensación de incomodidad, esa actitud defensiva que siente brotar cuando alguien desafía sus convicciones más profundas, ¿qué tal someterse a eso de forma deliberada? Cambie de mentalidad. Cambie de entorno.
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El gran gerente y pensador del mundo empresarial Peter Drucker dice que no es suficiente con solo querer aprender. A medida que uno progresa, también debe entender cómo aprende y luego establecer procesos para facilitar la educación continua. De lo contrario, nos condenamos a una especie de ignorancia impuesta por nosotros mismos.
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No inventarse cuentos
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Escribir nuestras propias historias lleva a la arrogancia. Convierte nuestra vida en un relato —lo cual nos convierte, a la vez, en caricaturas—, mientras que todavía la estamos viviendo. Como escribió Tobias Wolff en su novela Vieja escuela, estas explicaciones y cuentos “se funden después de manera más o menos sincera y, luego de que han sido repetidas, adquieren la categoría de recuerdos y bloquean todas las otras rutas hacia la exploración”.
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Eso es lo que sucede cuando uno evalúa prematuramente, y se atribuye poderes que todavía no controla.
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Cuando uno está en la cima es cuando menos puede darse el lujo de hacerle caso al ego,
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lo que lleva al éxito es el trabajo, la creatividad, la persistencia y la suerte).
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¿Qué es lo importante para usted?
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hombre honesto y recto, que simplemente no podía concentrarse en una cosa y terminó muy lejos del área que cubría su gran genio.
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Todos nosotros perdemos preciosos momentos vitales haciendo cosas que no nos gustan, para ponernos a prueba ante nosotros mismos, y ante gente que no respetamos, y para lograr cosas que ni siquiera queremos.
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El regalo de los Reyes Magos,
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Solo usted sabe en qué carrera está participando, a menos de que su ego haya decidido que la única manera de tener valor es ser mejor que, o tener más que, o tener más que todo el mundo en todas partes.
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No se trata de tener más que los demás. Se trata de ser lo que somos y ser tan buenos en eso como sea posible, sin sucumbir a todas las cosas que nos alejan de nuestro objetivo.
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Es hora de sentarnos a pensar qué es lo verdaderamente importante para nosotros y luego tomar las medidas para abandonar lo demás.
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si usted no sabe cuánto necesita, el valor por defecto se vuelve fácilmente más. Y así, sin pensarlo, una buena parte de la energía se desvía hacia llenar la cuenta bancaria, alejándose de la vocación de la persona.
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Necesita saber lo que no quiere y lo que esas decisiones dejan por fuera. Porque las estrategias suelen ser mutuamente excluyentes.
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Cuantas más cosas tenga y haga, más difícil será mantener la fidelidad a su futuro propósito,
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Privilegios, control y paranoia
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Con el éxito, particularmente con el poder, llegan algunas de las fantasías más grandes y más peligrosas: las de los privilegios, el control y la paranoia.
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Un hombre o una mujer inteligentes deben recordarse regularmente que su poder y su alcance tienen límites.
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El que se siente privilegiado sobrestima sus capacidades, juzga demasiado generosamente sus perspectivas y crea expectativas ridículas.
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Meditar sobre la inmensidad
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Cuando carecemos de una conexión con algo más grande que nosotros, es como si faltara una parte de nuestra alma.
Para lo que suele venir después, el ego es el enemigo...
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“Los hombres muy ambiciosos han buscado la felicidad... y han hallado la fama”. Lo que Napoleón quiere decir es que detrás de cada objetivo está el impulso de ser feliz y sentirse satisfecho, pero cuando el egocentrismo toma el control, nos desviamos del camino y terminamos en otro lugar totalmente distinto.
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actitud sobria y discreta, evitar la codicia y la paranoia, mantener la humildad, atesorar el sentido de propósito, conectarnos con el mundo más amplio que nos rodea.
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En la vida, cuanto más tenemos, más impuestos pagamos y más obligaciones nos impone la sociedad.
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En lugar de permitir que el poder nos haga delirar o dar por hecho lo que tenemos, será mejor que invirtamos tiempo en prepararnos para los cambios del destino que son inevitables en la vida.
Que el esfuerzo sea suficiente
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Nunca tenemos mucho control sobre las recompensas por nuestro trabajo y esfuerzo (la validación de los demás, el reconocimiento, etc.). Así que, ¿qué vamos a hacer? ¿No vamos a ser amables, no vamos a trabajar duro, no vamos a producir, porque existe la posibilidad de que nuestro esfuerzo no sea correspondido? ¡Por Dios!
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Es mucho mejor cuando el simple hecho de trabajar bien es suficiente. En otras palabras, cuanto menos apegados a los resultados estemos, mejor. Cuando el hecho de satisfacer nuestros propios estándares es lo que nos llena de orgullo y respeto por nosotros mismos. Cuando el esfuerzo —no los resultados, sean bueno o malos— es suficiente.
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“Es muy duro haber trabajado tanto y escalado cimas tan arduas y, cuando ya todo está hecho, descubrir que la humanidad es indiferente a nuestros logros”.
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“El éxito es la paz mental, la cual es un resultado directo de la satisfacción de saber que uno hizo el esfuerzo para convertirse en la mejor persona en que uno se puede convertir”.
Momentos de “El club de la pelea”
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Si pudiéramos evitarlo, sería mejor no tener ninguna ilusión jamás. Sería mejor no tener que arrodillarnos ni lanzarnos por el abismo. De eso es de lo que hemos hablado hasta ahora en este libro. Pero si perdemos esa batalla, terminamos aquí. Al final, la única forma de apreciar el progreso es pararnos en el borde del hueco que cavamos para nosotros mismos, mirar hacia abajo y sonreír con cariño al ver las huellas ensangrentadas que dejamos en las paredes en nuestro ascenso hacia la salida.
Poner límites
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En cualquier momento a lo largo del círculo de la vida, podemos estar aspirando a algo, o teniendo éxito o fallando, aunque en este instante estemos equivocándonos. Con sabiduría entendemos que estos son estados transitorios.
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Amar siempre
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lugar de odiar a sus enemigos, ellos sienten una especie de compasión y empatía por ellos.
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Martin Luther King, predicando una y otra vez que el odio es una carga y el amor es la libertad.
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“Comenzamos a amar a nuestros enemigos y a amar a esas personas que nos odian ya sea en la vida colectiva o individual, si nos miramos a nosotros mismos”.
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En el fracaso o la adversidad, es mucho más fácil odiar. El odio pospone la culpa. Convierte en responsable a alguien más.
Epílogo
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Que es admirable querer ser un mejor hombre o mujer de empresa, mejores atletas, mejores conquistadores. Que deberíamos querer estar mejor informados, con mejores bases financieras... Deberíamos querer, tal como he dicho unas cuantas veces en este libro, hacer cosas grandes. Yo sé que eso es lo que quiero. Lo que parece ser menos corriente, o de alguna manera parece un logro menos impresionante, es querer ser mejores personas, gente más feliz, gente más equilibrada, vivir contentos, ser personas humildes y generosas. O, mejor aún, todos esos rasgos.
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