20 septiembre 2022

La quietud es la clave

Empecé a leer este libro en inglés y lo he acabado en español. A lo largo de él el autor, Ryan Holiday, en cortos capítulos de apenas tres o cuatro páginas hace ensayos de diversos temas con títulos como “Está presente”; “Lleva un diario”; “Limita tus entradas de datos”; “Vacía tu cabeza”; “Cultiva el silencio”; “Cuídate del deseo”; “Dí que no”; “Vence la ira”; “Da un paseo”; “Deshazte de cosas”; “Busca la soledad”; “Ve a dormir”; “Busca la soledad”; “Busca un pasatiempo”; “Cuídate del escapismo”, etc…

Copiaré los primeros párrafos de su introducción:

“El llamado a la quietud es apacible. El mundo moderno, no.

Aparte del ruido, el parloteo, la intriga y la pugna entre facciones a los que estaban acostumbrados los romanos de la Antigüedad, nosotros tenemos el claxon de los automóviles, los estéreos, las alarmas de los teléfonos celulares, las notificaciones de las redes sociales, las motosierras, los aviones…

Nuestros problemas personales y profesionales son igualmente asfixiantes. Muchos competidores incursionan en nuestra industria. Nuestro escritorio está repleto de papeles y la bandeja de entrada rebosa de mensajes. Disponibles en todo momento, las actualizaciones y chats nunca están lejos de nosotros. Se nos bombardea con noticias y una alerta tras otra en cada una de las pantallas que poseemos, y son muchas. La rutina laboral nos desgasta y no se detiene jamás. Estamos sobrealimentados y desnutridos. Sobre estimulados, sobrecargados de compromisos y solos.

¿Quién de nosotros puede hacer un alto en estas condiciones? ¿Quién tiene tiempo para pensar? ¿Acaso existe alguien a quien no le afecten el ruido y los trastornos de nuestro tiempo?

Aunque el tamaño y la prisa de nuestros predicamentos son un fenómeno moderno, en realidad tienen raíces en un problema inmemorial. La historia demuestra, en efecto, que la capacidad de cultivar el silencio y sofocar la agitación de nuestro interior; de apaciguar la mente, comprender nuestras emociones y controlar el cuerpo ha sido desde siempre muy difícil de obtener. “Todos los problemas de la humanidad”, dijo Blaise Pascal en 1654, “se deben a que el hombre es incapaz de permanecer callado en una habitación.”

NOTAS:

Cuanto menos tiempo gastes arrepintiéndote del pasado o preocupándote por el futuro, más tiempo energía tendrás para lo que tienes ahora delante de tí.

No rechaces la dificultad o el aburrimiento del momento presente porque no era exactamente lo que quería. No gastes el tiempo presente en la inseguridad o la vergüenza. Haz lo que se te de y vive como puedas vivir con lo que el presente te esté ofreciendo.

Lo que es esencial es invisible para el ojo.

Tenemos que hacer el tipo de cosas que el 99 por ciento de la población no está haciendo y no seguir con el pensamiento destructivo que éste 99 por ciento.

Cuanta angustia sentimos cuando reaccionamos instintivamente en vez de actuar pensando conscientemente

Cuando la noche haya caído y todo el mundo se haya ido a la cama, trata de examinar todo el día y volver sobre lo que dijiste e hiciste y lo que dejaste de hacer o no hablaste.

Lo mejor de un diario no es lo que escribes para el lector, sino lo que con la mente serena escribes en paz para tí mismo.

(...) Esta es la idea, en vez de llevar este peso en nuestras cabezas y corazones, ponerlas en un papel.

Each school has its own take on wisdom, but the same themes appear in all of them: The need to ask questions. The need to study and reflect. The importance of intellectual humility. The power of experiences most of all failure and mistakes to open our eyes to truth and understanding. In this way, wisdom is a sense of the big picture, the accumulation of experience and the ability to rise above the biases, the traps that catch lazier thinkers.

Tolstoy expressed his exasperation at people who didn´t read deeply and regularly. cannot understand, he said, how some people can live without communicating with the wisest people who ever lived on earth.

Encuentra a personas a las que admirar y pregúntales cómo consiguieron lo que son. Busca recomendaciones de libros. 

Ponte en situaciones difíciles. Acepta retos. Familiarízate con lo que no es familiar. Esto te dará una mayor perspectiva y entendimiento. 

Todo el mundo tiene un corazón hambriento pero debemos alimentarlo con lo que el tipo de persona que queremos llegar a ser.

The Domain of the Soul > An open heart. Meaningful relationships. Selflessness. Moderation. A sense of right and wrong.

Marcus Aurelius would ask himself, -What am I doing with my soul?-

The work we must do next is less cerebral and more spiritual. It´s work located in the heart and in the soul, and not in the mind. Because it is our soul that is the key to our happiness

Upright. Modest. Straightforward. Sane. Cooperative.

Life is meaningless to the person who decides their choices have no meaning.

Confucius said that virtue is a kind of polestar. It not only provides guidance to the navigator, but it attracts fellow travelers too. Epicurus, who has been unfairly branded by history as a hedonist, knew that virtue was the way to tranquility and happiness. In fact, he believed that virtue and pleasure were two sides of the same coin. As he said: It is impossible to live the pleasant life without also living sensibly, nobly, and justly, and conversely it is impossible to live sensibly, nobly, and justly without living pleasantly. A person who does not have a pleasant life is not living sensibly, nobly, and justly, and conversely the person who does not have these virtues cannot live pleasantly.

Each of us must cultivate a moral code, a higher standard that we love almost more than life itself. Each of us must sit down and ask: What´s important to me? What would I rather die for than betray? How am I going to live and why?

Sana a tu niño interior:

Da más. Da lo que no tuviste. Ama más. Olvida la historia antigua. Supérala si puedes.

Cuídate del deseo:

“el sexo nunca ha beneficiado a ningún hombre, y es un milagro que no lo haya lesionado”. Dio con una buena prueba para cualquier momento en el que se sentía atraído por un deseo intenso: ¿Qué será de mí si consigo lo que quiero? ¿Cómo me sentiré después?

Para los epicúreos, el verdadero placer se asociaba con la libertad respecto al dolor y la agitación. Si querer algo te vuelve miserable porque no lo tienes, ¿eso no disminuye su valor?

Nadie es perfecto. Nuestra biología y patología ineludiblemente nos pondrán el pie. Requerimos entonces una filosofía y un firme código moral —esa noción de virtud— que nos ayuden a resistir cuanto podamos y nos den fortaleza para recuperarnos cuando caigamos y tratemos de mejorar.

Tener un impulso y resistirlo, examinarlo y dejarlo pasar como un mal olor: así desarrollaremos nuestra fortaleza espiritual. Así seremos lo que queremos ser en este mundo. Sólo quienes se dan el tiempo de explorar, cuestionar y extrapolar las consecuencias de sus deseos tienen la oportunidad de vencerlos e impedir el arrepentimiento de consentirlos. Sólo ellos saben que el auténtico placer reside en tener un alma fiel y estable, segura y feliz.

¡Basta!:

Ninguna necesidad incesante, ninguna inseguridad nacida de la comparación. ¿Sentirte satisfecho contigo mismo y tu trabajo? ¡Qué gran don!

La mayoría no aprende nunca que sus logros no le proporcionarán el alivio y la felicidad prometidos.

Pero el deseo —o la necesidad— de más suele ser contrario a la felicidad.

Epicuro dijo: “Nada es suficiente para el hombre para quien lo suficiente es muy poco”.

Nunca te sentirás bien por la vía de los logros externos. La satisfacción viene de adentro. De bajarse del tren. De ver lo que ya tienes, lo que siempre has tenido.

Basta. Es comprensible que nos preocupe sentir que “ya es suficiente” ponga fin a nuestra carrera; que si damos por satisfecho ese impulso, todo el progreso de nuestro trabajo y nuestra vida pare en seco. Si todos se sintieran bien, ¿por qué seguirían esforzándose tanto? Primero, hay que señalar que esta preocupación es difícilmente un estado de ánimo ideal. Nadie hace su mejor labor motivado por la ansiedad, y nadie debería alimentar su inseguridad para lograr ciertas cosas. Eso no es productividad, es esclavitud. No fuimos puestos en este planeta para ser abejas obreras, compelidas a desempeñar su función una y otra vez para el panal hasta que muramos. Tampoco le “debemos” a nadie seguir haciéndolo: a nuestros fans, a nuestros seguidores, a nuestros padres que tanto nos han dado, ni siquiera a nuestra familia. Matarnos no hace nada por nadie.

¿Qué es lo que más queremos en la vida? Ésa es la pregunta. No éxitos. No popularidad. Los momentos en que nos sentimos satisfechos. Más presencia, más claridad, más perspicacia, más verdad. Más quietud.

El ámbito del cuerpo:

Epicuro dijo en una ocasión que el sabio cumplirá tres cosas en su vida: escribir libros, ejercer prudencia financiera a fin de proveer para su futuro y apreciar la vida en el campo.

Di que no:

En cada situación pregúntate: ¿En qué consiste esto? ¿Por qué importa? ¿Lo necesito?

Sé un ser humano:

¿Qué tipo de vida interior puedes tener, qué tipo de pensamientos puedes generar cuando estás total y absolutamente desgastado por el trabajo?

Al final alejamos a buenas personas (y perdemos relaciones)

El cuerpo que cada uno de nosotros posee es un regalo. No lo mates trabajando. No lo agotes.

Actúa con valentía:

Anne Dufourmantelle, quien murió en 2017, a los cincuenta y tres años de edad, cuando rescató en el mar a dos niños que se ahogaban. Anne había hablado a menudo en sus escritos del tema del riesgo y afirmado que es imposible vivir sin arriesgarse, porque la vida es riesgo.

Sobre el último acto:

la dicha que experimentaba en su corazón y de los buenos recuerdos que guardaba de conversaciones que había sostenido con sus amigos.

Este libro ha tratado en su mayor parte de cómo vivir bien.

Agradecimientos:

Uno de los más simples y accesibles puntos de entrada a la quietud es el agradecimiento. Gratitud por estar vivo, por las pausas afortunadas que has tenido y por todas las personas que te han ayudado en la vida. Cada mañana intento darme algo de tiempo para pensar en esas cosas, la mayoría de las cuales, sin embargo, permanecen en privado. En este reducido espacio que se me ofrece aquí, quiero dar las gracias a todos los que me ayudaron