25 julio 2022

El giro, Un libro perdido que dio tantos dolores de cabeza.

Hay libros que no pueden ser clasificados como novelas y hay otros que no siendo novelas están escritos de una manera que parecería la mejor de las historias contadas. Tal vez, no es ni una cosa ni otra, como otras veces para que este libro me enganchara tuve que desechar otros cinco libros más que no me convencieron, va siendo la media este año. Este fin de semana le preguntaba a un amigo que estaba leyendo y me contó que estaba con una novela sobre un accidente de coche que da argumento a la trama sobre lo sucedido y afecta a los distintos personajes. Le pregunté si alguien le había aconsejado ese libro, o había leído una referencia en algún sitio para que lo empezara a leer y me dijo que no, que simplemente lo compró al pasar por mercadillo de segunda mano en su ciudad. Después me confesó que tal vez no continuara leyéndolo porque no terminaba de "engancharse", fue cuando le dije que una vez leía o tal vez oía que si empiezas un libro y cuando llevas 10 o 15 páginas y piensas no merecería una segunda lectura, déjalo y vete a probar con otro título, o incluso retoma algún libro de esos que leíste hace años y que tanto te gustaron. No pierdas el tiempo. De todas formas, puede ser la experiencia... Creo que va a ser muy difícil que no solo compre un libro porque el título me llame la atención, sino que seguiré con la misma técnica. si a las 10 páginas no me "mola", lo olvido y al siguiente -Título-. De hecho, suelo añadir a mi biblioteca del ordenador unos 10 libros semanales, seleccionar dos o tres de esa decena que envío a mi e-book que ojeo hasta quedarme con uno. Total un libro al mes de 40 que pasan a engrosar la librería virtual.

Y El Giro, ha sido una sorpresa; Me ha recordado El Infinito en un Junco de Irene Vallejo por la historia de los libros y su papel en la historia; También El Nombre de la Rosa de Umberto Eco, al relatar los ambientes que reinaban en los monasterios con sus copistas. Se mezcla la historia de Roma en sus últimos años y la alta Edad Media, el Renacimiento, la Inquisición...y por supuesto El Epicureísmo, una de mis pasiones. El título hace referencia a como, por esos avatares de la vida, un libro que podía haberse perdido para siempre como lo hicieron tantas grandes obras griegas y romanas, haya pasado a nuestro presente y su influencia en el pensamiento moderno de ahora. Ese libro se llama De la Naturaleza de las Cosas de Lucrecio.

Así que hasta ahí puedo contar. Como he hecho en anteriores ocasiones, dejaré por aquí algunos de los subrayados.

NOTAS

¿Cómo podemos entender el mundo en el que vivimos? ¿Qué metas debemos perseguir en nuestra vida? ¿Tiene sentido dedicar la vida a la búsqueda del poder? ¿Cómo se definen el bien y el mal? ¿Qué es de nosotros cuando morimos?

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Gustave Flaubert: «Justo cuando los dioses habían dejado de existir y Cristo no había venido todavía, hubo un momento único en la historia, entre Cicerón y Marco Aurelio, en el que solo estuvo el hombre».

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Es el conocimiento uno de los placeres más profundos de la vida humana.

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Lo que ofrecía el filósofo griego no era una ayuda a bien morir, sino una ayuda a bien vivir. Liberados de la superstición, decía Epicuro, tendremos libertad para buscar el placer.

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«Los hombres sufren los peores males debido a los deseos que les son más ajenos»,

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Pero los cristianos pensaban sobre todo que el epicureísmo era una amenaza dañina. Si se acepta la tesis de Epicuro que afirma que el alma es mortal, escribía Tertuliano, se viene abajo todo el edificio de la moralidad cristiana.

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Lo que había que hacer era remodelar la historia de su fundador, Epicuro, de modo que no apareciera ya como un apóstol de la moderación al servicio del placer razonable, sino como una especie de Falstaff, protagonista de tumultuosos excesos.

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la búsqueda del dolor triunfó sobre la búsqueda del placer.

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Jesús lloró, pero no había ningún pasaje que lo presentara riendo o sonriendo, y menos aún buscando el placer.

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La vida en esta tierra es todo lo que tenemos los humanos.

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La fantasía del placer infinito nos ayuda a explicar su propensión al amor romántico: en la creencia errónea de que su felicidad depende de la posesión absoluta de un único objeto de deseo sin límite, el hombre es presa de un hambre y una sed febriles e insaciables que solo pueden provocar angustia y no felicidad.

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darnos cuenta de cómo son realmente las cosas constituye el paso fundamental hacia la posibilidad de alcanzar la felicidad. La insignificancia humana —el hecho de que las cosas no giren en torno a nosotros y a nuestro destino— es, subrayaba Lucrecio, la buena noticia.

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los seres humanos vivan una vida feliz, pero no porque piensen que son el centro del universo o porque teman a los dioses o porque se sacrifiquen noblemente por unos valores que supuestamente trascienden su existencia mortal. El deseo imposible de satisfacer y el miedo a la muerte son los principales obstáculos a la felicidad humana, pero esos obstáculos pueden superarse mediante el ejercicio de la razón.

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Pero ser liberado de las ilusiones perniciosas no es lo mismo que ser desilusionado.

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Los hombres, pensaba Lucrecio, no deben tragarse la ponzoñosa creencia de que su alma forma parte del mundo solo temporalmente y de que se dirige a otro sitio. Esa creencia solo servirá para sembrar en ellos una relación destructiva con el ambiente en el que viven la única vida que tienen.

11 julio 2022

On Desire: Why We Want What We Want

Después de leer El arte de la buena vida de Irvine, me entró ganas de seguir leyendo libros del mismo autor y en On Desire Why We Want What We Want, vuelvo a recordar lo que  decía Jonathan Haidt, no hacemos lo que queremos, sino lo que nuestros deseos nos mandan, y no siempre deseamos lo que queremos, sino que nuestros mecanismos biológicos tienen programado, más o menos para que estemos insatisfecho y queramos más de lo que tenemos. Es más, uno piensa que otras muchas veces son las circunstancias las que nos condiciona, pero en realidad, con mucho pero mucho esfuerzo y no menos práctica podemos dominar algunos de esos deseos.

Irvine pone un ejemplo, casi copiado de los estoicos, en que el ser humano es esclavo de sus deseos. El señor (los deseos) puede ser primitivo premia o castiga al esclavo por su comportamiento, independientemente de que el esclavo quiera tener una vida más significativa. Pero el esclavo puede emplear una estrategia, a pesar de sus circunstancias, como un plan para engañar a su señor y dentro de todas las opciones elegir la que mejor se adapta a él y no la que podría ser mejor para su dueño. Es complicado, lo sé.

Para no irme por las ramas diré que todos aquellos que hemos pensado que ser feliz consiste en ganar mucho dinero, tener una gran coche, una casa grande y que todo el mundo nos admire... estamos equivocado. Es fácil decirlo. Estamos equivocados. Pero a ver quien se atreve a llevar la contraria a lo que todo el mundo piensa sin ser marginado.

Me ha gustado mucho una parte en la que describe a los excéntricos, que son los que comparativamente con las personas normales son más felices y gonzan de mejor salud. No podemos nacer excéntricos (estudios afirman que tiene parte de genético) pero si podemos aprender de sus respuestas a sus críticos. (En el enlace he puesto un libro a leer).

NOTAS (Que he tomado entre líneas, intentaré hacer lo mismo en los próximos libros que lea.)

Estar enamorado no se elige porque no es racional cuando lo hacemos por un flechazo. De repente nos preguntamos ¿Pero qué pude ver en él / ella?
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La razón es más el siervo que el dueño del deseo.
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El problema de la fama es que reside en la cabeza de otras personas.
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La única manera de que nuestras razones ganen a los deseos emocionales es buscar otras emociones aliadas que las opongan.
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Nuestros deseos tienen dos fuentes. Las emociones y la razón. (...) Aunque las emociones dominen al intelecto, debemos saber que aquellas en su mayoría son emociones instrumentales creadas por el intelecto.
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Reducir la ansiedad si limitamos nuestros deseos a pequeñas cosas que están en nuestras manos y no a lo que el futuro u otras personas puedan darnos o esté fuera de nuestro alcance.
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Sobrevaloración y adaptación a lo que conseguimos con los deseos. Solución: seguir deseando lo que tenemos y distinguir como se crean los deseos diferenciando los que son para desarrollar nuestro plan de vida delos que no lo son.
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David Hume: la razón es esclava de la pasión.
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Damasio: necesita la emoción para poder tomar decisiones.
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Programados para estar insatisfecho sea cuales sea nuestras circunstancias.
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El budismo no trata de ir contra el deseo o reprimirlo. Sino entenderlo, contraponer pensamientos, no deseos contrarios. Adopta un estilo de vida.
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Habilidad para vivir en el momento.
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La tristeza de tener poco dinero es menor que la tristeza de perderlo. Y cuanto menos tengas, menos ansiedad sufres.