Hace unos años, cuando no existía esta web, quedé con un desconocido en un chat para ir a la playa, el caso es que lo hice porque esperar el próximo autobús me suponía estar tres horas más y perderme una comida con mis padres. Hablé con él que le daría unos cinco euros que es lo que pudiera costar la gasolina, lo que suponía incluso menor precio que un billete de autobús y me lance a la aventura. SÍ, se podría llamar "aventura" porque del desconocido no sabía absolutamente nada, ni referencias, ni gustos, solo el color y tipo de coche; tenía un único miedo: que fuera de una personalidad extrema a como era yo, pudiera ser una persona muy clásica convervadora o tradicional, o pudiera ser un "perroflauta hapi de la vida". En cualquiera de los dos casos sería difícil (pensé) que durante casi hora y media o más de viaje pudiera tener temas comunes de conversación, y ... Sucedió.
No voy a decir cual de los dos extremos era su personalidad, lo que sí dije a verle es "vaya tela" y me preguntaba: "(¿De que hablo yo con este tío?". El caso es que hice un esfuerzo y me di cuenta de que él también comenzó a interesarse por conocerme, y al cabo de media hora me sorprendí de qué absurdos habian sido mis prejuicios y supongo que él también de los míos. Lo que aprendí de aquella experiencia es que cuando dos o más personas se ven obligadas a compatir un espacio común de más de una hora, nos volvemos más flexibles, tolerantes y abiertos; pero si fuera solo por 10 o 15 minutos la experiencia de estar obligado a permanecer con alguien que no piensa igual que tú es peor, porque el tiempo se pasa confirmando los estereotipos y deseando que el tiempo pase para evitar la situación de estar con tu "contrario"
Con relación a los BlaBlaCars los viajes que he hecho siempre han sido superiores a una hora y por consiguiente he conocido a todo tipo de personas y edades con las cuales he podido interesarme por sus opiniones y me ha gustado observar como ambos hemos amprendido unos de otro; si hubiera ido en autobús, podría contar con los dedos de la mano los casos en los que mi compañero o compañera de asiento me ha hablado o yo mismo le he dirigido la palabra; ahora me parece increíble que pueda permanecer callado tanto tiempo pegado condo con codo e incluso rozando físicamente la otra persona y estar sin mediar palabra.
Por supuesto que hay casos de todo tipo y el fin de semana pasado fue el sol y la luna mi experiencia con los Blablacars.
Lo cuento: otra vez para ir a la playa a casa de mis padres, hace una semana contacté con un chico por blabalcar que tenía unas 11 referencias con cinco estrellas, es decir, unas referencias geniales e insuperables, ninguna otra nota ni siquiera la sieguiente iferior como es "buena", todos los viajeros le habían clasificado como un conductor "genial". Normalmente el tema de las referencias lo miro en segundo lugar, para mí lo más importante cuando decido viajar con alguien en Blablacar es que la hora de salida sea la más conveniente para mí; pues bien, el viaje fue en todos los sentidos GENIAL, con él iba su hija de unos 11 años y una amiga de ella, también venia otra pasajera de Sevilla que como yo contactó con el conductor, y la experiencia fue tan buena que en la recomendación que he dejado a Rafa en la web es que si alguna vez alguien tiene la intención de viajar a "ninguna parte" le pida que le lleve él, ya que es un tio super extrovertido; no paró de animarnos mediante juegos de palabras, acertijos y pruebas que durante el trayecto nos iba haciendo, incluso nos ofreció agua o zumos si teníamos sed. Es un conductor flexible ya que aunque su coche era pequeño y estaba lleno hasta arriba de equipaje para unos días de camping que iba a pasar no me puso problema con lo que yo llevara de extra; también llamó por teléfono a la otra pasajera que no encontraba el punto de encuentro e incluso estacionó y se saltó un semáforo rojo con tal de facilitarle que se pudiera montar.
Pero... tres días después, cuando hice el viaje de regreso contacté con otro conductor, que solo tenía, creo una referencia; al ver la edad, 19 años, pensé que sería porque era joven y estaba empezando, el caso es que cuando llegué al punto de encuentro y le saludé, tras meter mi equipaje el maletero, no me volvíó a dirigir la palabra hasta que llegamos a Sevilla para volverme a preguntar en que sitio me convenia mejor dejarme. Tengo que decir que puede que ser que en el asiento del copiloto estuviera la novia y solo tuviera conversación para ella, el viaje estuvo bien, me adapto, y tampoco es que yo preguntara mucho, simplemente "pasé" como uno "pasa" cuando va en autobús y al salir se abren las puertas y se saluda al conductor diciendo "Adios".
Con esta entrada en mi blog he contado mis dos últimas experiencias de blablacar, pero en este año y medio recuerdo muchas anécdotas más como cuando viajé con un "boy de fiestas" que iba a trabajar en una discoteca de un pueblo y en el asiento de detrás llevaba una jaula con una especie de zorrillo que usaba en sus espectáculos; o como cuando tuve que esconderme tirado en asiento de atrás de un coche porque a la chica que conducía se le olvidó algo en su casa y tuvimos que volver para recogerlo, pero como su padre no sabía que usaba el coche para montar a desconocidos, tuve que camuflarme para que no me viera en la puerta de su casa.
En fin, lo dicho, no dejéis la oportunidad de divertiros, conocer a otras personas y viajar en blablacar, no es tanto el dinero que os ahorráis, sino la experiencia y la aventura que es al fin lo que cuenta.
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