No recuerdo en qué libro o entrevista habré leído que Zygmunt Bauman era un sociólogo que merecía la pena leer, así que me puse a buscar en la red de bibliotecas públicas de la provincia de Sevilla y encontré algunos.
Pero confieso que no ha sido fácil su lectura, por lo menos los dos primeros que no he podido acabar: Vidas desperdiciadas y Vída líquida, éste último por el que es famoso el autor. Sin embargo, con el tercer intento vino la recompensa y la satisfacción de saborear un libro que merece una segunda lectura, es El arte de la vida.
Este libro resumen mucha de mis inquietudes, la búsqueda de la felicidad, el concepto de uno mismo, la solidaridad, el amor, etc.
En su primera parte: "Que hay de malo en la felicidad y miseria de la felicidad" hace un repaso de las teorías y los medios en que filósofos y los comunes como nosotros hemos entendido o al menos nos han dicho que es lo que hay que hacer para ser felices; sin embargo concluye que la felicidad es una incertidumbre y por ella entendemos cada uno una cosa distinta y la buscará de forma diferente... si llega a encontrarla o saber disfrutarla.
"Nuestras vidas están montadas como una serie inconclusa de experimentos que se espera que demuestren definitivamente la verdad o falsedad de las proposición."y así entramos en la segunda parte: "Nosotros, los artistas de la vida." en la que nada más empezar dice:
Tendemos a medir nuestras fuerzas y capacidades mediante los valores, tareas y objetivos que hemos planteado para nuestra vida, y no a la inversa: medir nuestras ambiciones y objetivos según la fuerza de la que creemos disponer o que podemos reunir en aquel momento.
Se repasa los conceptos de autostima, los deberes y los derechos, los estilos de vida dominante, las presiones a las que nos sometemos y nos someten para hacer de la vida una carrera; los conceptos engañosos de identidad, autoafirmación, "comunidad integradora"
"La comunidad integradora es una idea heredada de la ya desaparecida era "panóptica"; se refiere a los esfuerzos organizados para trazar y fortalecer con claridad la línea que separa al "nosotros" del "ellos", el "interior" del "exterior"; esfuerzos por mantener a los internos dentro mientras se impiden la entrada a los de fura y no se permite a los de dentro quebrantar las normas y aflorar la firmeza de la rutina. En resumidas cuentas, se refiere a promover la uniformidad y poner una chaqueta de fuerza al comportamiento. La idea sugiere restricciones impuestas en el movimiento y el cambio: "la comunidad integradora" es esencialmente una fuerza conservadora(...)."El libro creo que está escrito de una manera muy independiente, haciendo continua comparaciones a conceptos contrapuestos como las nuevas ideologías de "privatización", es decir aquella ideología que proclama la inutilidad de la solidaridad.
La última parte titulada"La Elección", habla de dos actitudes en la persona, dos fuerzas, la centrípeta y la centrífuga. Habla de la moral, de la necesidad o no de la ética.
El destino del hombre es su carácter
Una de las frases que me han impresionado y más sentido de valor he encontrado es cuando dice que: "La incertidumbre es el hogar de la moral y el único terreno en el que puede brotar y florecer la moralidad."
El libro finaliza con una brillantes y breve explicación del pensamiento de Nietzsche (creo que pocas veces he podido comprender mejor a este filósofo que con estás páginas), descubrir un nuevo filósofo al que empezar a leer Emmanuel Lévinas y un recuedo a Séneca cuando hablaba de felicidad:
"Cuando se trata de averiguar qué es lo que hace feliz una vida andamos a ciegas, y añadir dos milenios después, que no parece que estemos mucho más cerca de la luz que los contemporáneos de Séneca Seguimos "anclados a ciegas". Esto es en definitiva, aquello de lo que trata el arte de la vida."
Disfrútenlo, porque yo he sido muy feliz al leerlo.
El discurso en la entrega del premio Príncipe de Asturias a las humanidades en el 2010.
El discurso en la entrega del premio Príncipe de Asturias a las humanidades en el 2010.