La autora, gracias a su trabajo como consultora por todo el mundo,
basándose en su experiencia y lo que ha podido preguntar a muchos
expertos plantea en el libro que hay cinco fuerzas que modelaran el
futuro. Éstas son la tecnología, la globalización, la demografía -
longevidad, la fuerza de la sociedad y la fuerza de los recursos
energéticos.
En la primera parte de libro
plantea dos futuros centrados en la vida ficticia de varias personas en
el año 2025, un futuro "por defecto", donde nadie está preparado para
colaborar con los demás y no está dispuesto a cambiar de status quo, y
otro futuro "elaborado" con personas que experimentan con formas de
trabajar, que aprenden unos de otros, que trabajan de una forma mas
armoniosa con los demás.
Plantea que habrá tres
cambios que tenemos que tener en cuenta para postular nuestra vida
laboral en las dos próximas décadas; primero que los conocimientos
generales serán insuficientes y tendremos que buscar áreas en las que
especializarnos y a la vez ser más visibles; segundo que la idea del
individualismo y la competitividad también tiene que ser cuestionada
pues lleva al mundo a más fragmentación y aislamiento. En cambio la
conectividad, la colaboración y las redes será fudamentales. Y por
último replantear la forma de vivir que tenemos actualmente basada en el
consumismo y la cantidad hacia valorar más la calidad de nuestras
experiencias.
Dentro de los males que anuncia
para el futuro es la fragmentación de nuestra vida provocando la
incapacidad de enfoque, concentrarse y ser creativos. Las soluciones que
propone son volver a la encontrar trabajos basados en la maestría, es decir, una carrera laboral basada en la dedicación y la concentración,
recordemos que se necesitan 10.000 horas para aprender algo en
profundidad. Se necesita fuerza de voluntad para resistir la tentación
de la fragmentación y dedicar suficiente tiempo a la formación, al
aprendizaje y a la práctica. El segundo consejo que nos da que además de
centrarnos en nuestros objetivos personales podamos construir relaciones significativas con otras personas. Y el tercer cambio que necesitamos es pasar de ser consumidor voraz a productor apasionado.
El
primer cambio que propone es pasar de ser "generalista superficial" a
"master disciplinario". El éxito de nuestro trabajo futuro dependerá en
parte de la habilidad para construir un capital intelectual que nos
permita generar valor; para ello tendremos que conocer que habilidades y
competencias están en demanda y cómo adquirirlas no olvidando que
tenemos que elegir también lo que más nos guste. Pensar como un
artesano; jugar como un niño; forjar y cultivar nuestras credenciales;
construir una cuadrilla, una comunidad de grandes ideas.
La
última parte del libro habla de "elecciones, consecuencias y
compromisos". Nos aconseja que dentro podemos elegir renunciar a un
sueldo a cambio de un año sabático o elegir convertirse en
microemprendedor con todos los riesgos que supone. Elegir un trabajo con
horario flexible o trabajo compartido para pasar tiempo con la familia o
amigos. Nos advierte que nos surgirán sentimientos de ansiedad pero son
estas emociones las que da significado, carácter y textura a nuestras
vidas laborales.
Diseñar nuestro futuro basado
en aquello que valoramos. Explica que el cambio no vendrá si esperamos
que las instituciones lo hagan, tampoco que sea a través de un proceso
individual sino que, dice la autora, será cuando la gente comparta estos
temas con los demás y esté conectada en movimientos cada vez más
globales. Y hace dos predicciones: que el futuro se producirá más dentro
del marco de nuestras aspiraciones, necesidades y capacidades
individuales, y que nuestro trabajo futuro pasaremos de un modelo
tradicional centrado en el sueldo y el consumo hacia un modelo centrado
en las experiencias productivas.
Añade que para
desarrollar nuestra capacidad de diseñar nuestro futuro será necesario
que reconozcamos nuestros sentimientos y debilidades, que seamos capaces
de correr riesgos que nos sean incómodos y ser valientes a la hora de
actuar. ¿Como podremos manejar la ansiedad que sentiremos al diseñar
nuestro futuro? Pues dependerá de la calidad de nuestros encuentros, de
nuestras comunidades regenerativas, de los amigos cercanos y positivos
en quienes confiamos y pasamos el tiempo con compasión y paciencia.
Afirma:
"Para cada uno de nosotros el reto consiste en llevar una vida laboral
más encaminada a tener una mejor comprensión de quiénes somos y lo que
valoramos, de nuestras elecciones y de sus posibles consecuencias. Para
ello tendremos que tener el valor de decir que no; de buscar activamente
las condiciones para tener un trabajo que tenga sentido y que
valoremos. Esto hará que en un momento dado tengamos una perspectiva de
nosotros mismo como "menos normales" y más como individuos comprometidos
con el estilo de vida que deseamos y la persona que queremos ser."
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