Hace unas semanas, decidí hacer limpieza y descubrí un cajón de cartas que recibí a finales de los 80 y principios de los 90, incluso pasado el año 2000 habría algunas, pero lo mismo que ocurrió con las fotografías analógicas que desaparecieron de los álbumes de papel en libros coleccionables para guardar las fotos en nuestros móviles y ordenadores, los emails sustituyeron pronto al papel.
A pesar de todo, ya sea por costumbre, o por hábito durante algún tiempo los emails mantenían ese tipo de conversación tranquila, en la intimidad y con la paciencia de la espera y lectura sosegada. Sin embargo lo que terminó de matar las cartas escritas y su forma de escribirlas, fueron las redes sociales y el WhatsApp.
Esta mañana puse en el buscador "escribir cartas" y los resultados no dejaban a dudas, algunas páginas webs hablaban de cómo escribir una carta formal, con la intención de documentos que atestigüen temas legales, solicitudes burocráticas, etc. Otros enlaces describían estructuralmente como son.. eran, con su fecha, su contenido, despedida y firma! Gracias, sobre todo a la fecha, muchas de las cartas que redescubría pude poner en orden alguna de las etapas que viví intensamente. Es eso, porque por mucha mensajería instantánea que hoy usemos, una carta manuscrita trasmite una intensidad y sentimiento que no puede llegar a tener el WhatsApp.
Quizás haya algunos intentos tecnológicos que puedan asemejar lo que vivimos algunas personas hace 20 o más año como la aplicación https://slowly.app/es/ que permite encontrar penfriends en el mundo y a modo de cartas que llegan a sus destinatarios en el tiempo que las tradicionales cartas lo hacían, incluso se pueden coleccionar sellos.
Aún no es tarde de intentarlo si no lo hiciste alguna vez o recuperar esa forma de comunicación que la paciencia, la espera y la sorpresa de recibir respuesta para luego elaborar una contestación, sin prisas, con cariño puedas experimentar.
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