Muchas veces nos encontramos en la vida momentos en los que hay elegir, a veces son elecciones difíciles y que merecen semanas o incluso meses de reflexión, es el caso por ejemplo cuando eres joven y tienes que optar por unos estudios, o cuando decides participar en la política; son estas las veces que se necesita oir los dos bandos, preguntar mucho y tomar una decisión. Pero hay otras veces en las que la elección es puramente emocional, son los casos, como por ejemplo yo, cuando tenía 8 años y no "era de ningún equipo de fútbol" y mis primos al enterarse dijeron, - Pues entonces, a partir de hoy serás del Betis -, y dicho y hecho; cargas durante bastante años con las consecuencias emocionales cuando tu equipo gana o pierda, sin tener ninguna participación en dichas derrotas o triunfos.
Cuento todo esto porque desde hace una semana me dijeron que el juego de realidad virtual Ingress se había abierto a todo el público y, que yo recuerde, desde hace unos 20 años que jugué a Civilización, no me quise meter en ningún otro juego de estrategia porque me conocía y soy de los que se enganchan fácilmente, pero ... esta vez dije que sí. Asi que la primera pregunta que te hace el juego es ¿A que bando quieres pertenecer? y, como, suponía no era una cuestión que dependiera mucho mi futuro, solo tenía que escoger entre los Rebeldes o los Iluminados.
A ver... yo un iluminado no soy, no tengo ni creo que tenga más razón que nadie y mucho menos sea más listo que los demás o que otros, así que si pensamos también que el ser "rebelde" tiene un tufillo de ir en contra de lo establecido, la elección (emocional fue fácil).
y me ví envuelto en una guerra...
Resulta que parece que elegí bien, según mi personalidad, porque parece que, al menos en Sevilla los rebeldes, también llamados los pitufos por el color azul de su facción, van ligeramente ganando la guerra, así que son victorias las que celebro entre mis desconocidos, por ahora, compañeros, además, el centro de la ciudad también está dominado por "nosotros". De vez en cuando me dan un disguto los iluminados, o las llamadas por nosotros "lechugas" por su color verde, que me hacen sufrir un poco porque veo como caen lo que tardé en construir, pero en fin, el juego es el juego, y lo estoy disfrutando estas semanas.Ahora necesito controlarlo. Como por ejemplo, a partir de mañana solo me conectaré al salir de casa, a la hora de almorzar y luego a la hora de la cena. y salvo alarmas, trataré de que no se me vaya de las manos ni de la cabeza.
¡Así que si queréis ser mis amigos, uniros a la resistencia! Pero si os creéis unos iluminados, pues allá vosotros, nos veremos en las calles.
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