Cada vez que vamos a comprar algún producto o servicio que necesitemos, ya sea necesario o no, siempre nos encontramos con múltiples opciones, y cada vez más difíciles porque son más y también muy parecidas.
Elegir bien y elegir mejor no siempre es lo mismo. Elegir bien sería si ese producto va a satisfacer nuestros deseos o nuestras necesidades y elegir mejor sería si dentro de un número indeterminado de opciones nos permite ciertas ventajas como un ahorro o a largo plazo permite prolongar la ausencia del deseo o suple nuestras necesidades por más tiempo.
Si acotamos los productos de consumo como podría ser refrescos uno puede pensar que Coca-Cola y Pepsicola es lo mismo, y sí, para la mayoría, prácticamente es igual, salvo una ligera diferencia y dependiendo del establecimiento a muchos de nosotros nos da igual, y también a la hora de ir al supermercado nos guiamos por cual de las dos marcas está de oferta si lo que pretendemos es comprar el refresco para acompañar a una fiesta cualquiera.
Y la pasta de dientes ¿Son todas iguales? a no ser que tengas alguna enfermedad en la boca
todas son iguales si tienen la suficiente cantidad de fluor.
Pero nadie se para a leer estudios de pasta de dientes, a mi me sorprenda hace unos 15 años como haciendo un correcto uso del cepillo y usando la marca
Colgate, de vez en cuando, me salia alguna caries y fue cambiar a
Signal y no he vuelto a tener una caries, pero estas cosas no te las dice nadie. Te fías más de que todas son iguales y al final compra la que esté de oferta.
Algunas marcas se gastan tanto dinero en publicidad que esta repercute en el precio, y si hablamos de ropa y moda el escándalo es mayúsculo. Estamos en una sociedad en la que la compra de la ropa no es un motivo de necesidad sino de deseo y esto lo aprovechan las marcas para inflar de ego las prendas con su precio, y por tanto, el ego de quienes las compra para el que tiene más dinero es el más orgulloso de "ser mejor que los demás" por el hecho de vestirlas. Alguien puede decir que se paga el diseño, y no es cierto, los diseños se copian y las calidades son las mismas como se han demostrado que
no siempre el pantalón vaquero más caro es mejor.
El último caso más cercano lo estoy comprobando con las zapatillas de deporte para correr; el precio medio está entre los 100 y 160 euros si nos paramos a ver los precios de las marcas más conocidas, en cambio unas zapatillas de marca blanca con la misma calidad el precio medio está entre los 30 y 60 euros.
Mirad esta foto. Es del último maratón de Sevilla de Febrero pasado. Advierto que ésta es una carrera no recomendada a principiantes, sino a corredores que ya estén experimentados en otras carreras medias o cortas y al menos con un año de experiencia o de lo contrario puedes sufrir mucho y no acabarla, pues bien, dos de los trece corredores que se ven llevan unas zapatillas de 50 euros mientras que los otros cuestan más de 100. Cuando ví esta imagen comencé a preguntar a mis conocidos y a gente del club aficionado con el que correo por este detalles y me contaron que la verdad que todas eran buenas, es más, hace unos días me enteré que el compañero que más correo y llega el primero de todos nosotros usa unas
kalenji de 40 euros desde hace dos años y aún no las ha gastado.
En fin, cuento todo esto porque es paradójico que a menudo cuando compramos las cosas lo hacemos por impulso, sin información y, a veces, solo por ego sin pararnos a pensar si elegimos bien o elegimos lo mejor cuando lo deseamos o lo necesitamos.