20 diciembre 2011

Ser quien eres - Emilio LLedó


Vuelo a escribir sobre un libro, pero más que escribir, copiaré las frases que más me han llamado la atención. Nunca he sabido hacer una buena reseña de un libro, tal vez, por mi poca memoria, tal vez porque no estoy acostumbrado; estoy seguro que en internet tienen que existir manuales de como hacerlas, a ver si un día me pongo.

En general el libro "Ser quien eres" me ha gustado, pero no es de los mejores de Lledó, ya que se limita a ser una recopilación de artículos de educación que escribió entre los años 70 y 80, aunque hay también alguno de los noventas. Todo esto no quiere decir que carezca de actualidad, al revés sorprende que todo lo que se criticaba hace unos 30 años siga siendo criticable ahora.

Principalmente se acusa al sistema educativo de la excesiva preocupación por la "formación técnica" y poco por la humana que se traduce en el concepto de estudiar una carrera para tener el título, basadas en los conceptos de asignatura y examen como únicos medios para que te den el dichoso papelito que certifique que has superado todas esas fases.

Antonio Bernat Montesino escribe en la introducción:

(p16) Pero el pensamiento de Lledó no puede quedar reducido a "texto"suceptible de ser interpretado. Su discurso es coherente, además, con su propia práctica docente y su trayectoria vital, que nos demuestran la posibilidad efectiva y aplicabilidad real de su ideal.
No solo es importante lo que "dice" sino también lo que sugiere, los horizontes y perspectivas que abre para una regeneración de la educación (...)

(p21) Las palabras que podemos decir son, en el fondo, las palabras que podemos decirnos" (...) toda palabra es la búsqueda de una respuesta. Saber, en parte, es saber cuestionar, es saber preguntarse.
(22) Lledó defiende una paideía filológica y hermenéutica, una pedagogía humanística que devuelva el lenguaje a las personas y el significado a las palabras.
(p24) El maestro debe ser un medidador capaz de sustitar y sostener el deseo de aprender contra el pasotismo de sus alumnos.
(25) ¿Acaso puede sorprender que Emilio Lledó se muestre con justificado enfado contra unas prácticas docentes, como sno los exámenes, la impartición de saberes cosificados o la toma y memorización de apuntes, que destruyen el deseo de saber y que confinan a los alumnos en la caverna?
(p27) En el capítulo III del Elogio de la infelicidad, titulado "Conócete a tí mismo", estudia el apotegma délfico y concluye que nadie puede conocerse a sí mismo "sin que ese conocimiento no sea, al mismo tiempo, concimiento de lo otro y de los otros. (...) la cita de Aristóteles en la Ética Nicomáquea: "Procurar el bien de una persona es algo deseable, pero es más hermoso y divino conseguirlo para un pueblo y para ciudades"
(p28) "solo si un hombre ha sido educado con unos principios de solidaridad y sociabilidad, puede luego acoplarse a una ciudad en la que no haya otro bien superior que el equilibrio y justicia de todos los ciudadanos" (...) ¿Que es el maestro? -> La capacidad de sugestión, esa mezcla asombrosa de rigor y creatividad, su cálida y cordial humanidad, la libertad con la que estimula nuestro propio pensamiento por encima de cualquier lamentable caciquismo escolástico"

En la nota introductoria:
No a la verdad inmutable sino a la verdad que se hace camino al andarla y que, como el bien o la justicia, se sustenta en algo tan aparentemente simple como la honradez, la decencia, la generosidad. Todo eso que hay que enseñar en la escuela y en el espacio social de los ciudadanos. Y por supuesto, una oposición incesante a la maldad encubbierta por la hipocresía o por esa otra enfermedad de la corrupción mental.

Educación e igualdad.
(54) La política es, pues búsqueda de equilibrio, necesidad de prestar ayuda. En ningún momento debería convertirse en afirmación exclusiva de la individualidad o del clan, ni siquiera de la etnia o nación.
(p56) Educación para libertad de poder pensar, porque no se trata solo de poder decir, de poder expresarse sino de poder pensar, de aprender a saber pensar para, efectivamente, tener algo que decir. ¿Que importa la libertad de expresión si lo que expresamos es discurso estúpido y vacío de las palabras mal sabidas, de los conceptos manipulados, incluso por nosotros mismos, de las ideas estereotipadas, convertidas en pringue ideológica que se recalienta en el rescoldo de nuestros miedos y de nuestros intereses?
A esa creación de libertad se oponía uno de los fenómenos psicológicos más característicos de nuestro tiempo "la mala fe", a cuya descripción dedicó Sartre en El ser y la nada, un importante capítulo (...) por la "mala fe" destruimos todo aquello que nos puede sacar del estrecho cerco del interés individual y del egoísmo. Pensamos lo que nos conviene o como nos conviene pensar, queremos lo que "queremos" querer.

(p93) El Bien, la Verdad, la Belleza son categorías que enraízan en el corazón de la cultura que la origina y la fecundan; pero son, también hallazgo, invento continuo de los hombres, tarea incesante de modificación y revisión, entre las condiciones cambiantes de la humanidad.



y así hasta unas 20 o 30 citas más, os invito a leerlo si os interesa estos temas.